Un niño, un profesor, un lápiz y un libro pueden cambiar el mundo”, afirmaba Malala Yousafzai, premio Nobel de la Paz, en su discurso ante la ONU en el 2013. Esta frase sigue aún tan vigente en la actualidad y es un ejemplo para muchas instituciones educativas que se enfocan en ofrecer una formación integral y de calidad. El Centro Educativo Ñande Róga, es una escuela modelo para toda la región.
Ríen, juegan y sueñan en convertirse en los futuros protagonistas del país. Tienen entre 3 y 12 años; son niños que llevan la inocencia como impronta y las ganas de transformar realidades en proyectos útiles para la comunidad y su entorno familiar.
Así se muestran los alumnos del Centro Educativo Ñande Róga, institución que desde hace 3 años funciona en el predio del Abasto Norte, en la ciudad de Limpio, gracias a que los directivos de este establecimiento comercial cedieron parte de sus propiedades para sentar las bases de una escuela que hoy es un modelo en la región.
Para muchos, quizás, este sitio sea inusual para sembrar la semilla de la educación; sin embargo para los locatarios del Abasto Norte representa una gran oportunidad para que sus hijos vayan a una escuela que les permita formarse académicamente y en valores con los mejores profesionales.
Sin muchos lujos ni abundancia de dispositivos tecnológicos, los alumnos del Centro Educativo Ñande Róga desarrollan sus actividades sin contratiempos. Se los ve felices y con una capacidad de asombro aún intacta, algo que casi ya no se observa en nuestros días.
Y es que para los más pequeños de esta familia educativa, los árboles, los toboganes, las muñecas y el parquecito de la escuela se convierten en los juguetes con los que pasan gran parte del tiempo en los recesos. Pareciera tan poco, pero es todo lo que necesitan mientras aprenden lecciones básicas.
El centro educativo también tiene una cancha de fútbol donde se esconde el tesoro más preciado de la institución: una vista impresionante, en la que el verde de la vegetación y el azul del firmamento forman una cortina de colores que los niños observan todos los días durante el receso. Eso los hace más privilegiados que cualquiera.
La escuela dispone de aulas totalmente climatizadas, biblioteca, además de una clase de música y otra de danza. La oferta de formación académica contempla el Jardín maternal (desde los 3 años años de edad) hasta el sexto grado en los turnos mañana y tarde; en tanto que el bachillerato opera en otro edificio cercano al Abasto Norte.
En lo que se refiere a la malla curricular, en el Centro Educativo Ñande Róga se imparten clases de inglés desde el jardín de infantes y el idioma alemán desde el cuarto grado. Estos cursos se desarrollan mediante el aporte de voluntarios de Alemania y padrinos que brindan su tiempo y recursos económicos para que la escuela continúe abriendo sus puertas.
“Tenemos un programa de apoyo para alumnos de escasos recursos que no pueden pagar una cuota de G. 500.000. A ellos se los beca gracias al aporte de padrinos del extranjero y también de empresarios paraguayos que apuestan por la educación”, explicó Karina Saucedo, administradora del Centro Educativo Ñande Róga.
“Olla de amor”. Así denominaron al espacio donde se prepara y se sirve el desayuno y el almuerzo a los becarios de la escuela, que también se sostiene en base a donaciones. “Los alimentos no perecederos llegan hasta la institución -una vez al mes- desde la Colonia Freeze Land mediante las gestiones de una persona de buen corazón que apadrina a estos niños”, refirió Karina.
Asimismo, mencionó que para complementar las donaciones y elaborar propuestas bien nutritivas, locatarios, directivos de la institución y hasta la propia gerente general del Abasto Norte, Blanca Aveiro, se encargan de comprar todo lo necesario para brindar a los estudiantes desayuno y almuerzo de forma gratuita.
“Muchos locatarios nos ayudan con panificados, frutas y verduras diariamente”, afirmó con gran satisfacción Blanca Aveiro, quien contó que hace poco le cupo la oportunidad de compartir la experiencia de esta escuela modelo son sus pares de Buenos Aires, durante un encuentro en la Feria Frutar de Formosa, quienes manifestaron su interés de conocer la institución y replicar el ejemplo en el país vecino.
Este año el Centro Educativo Ñande Róga sueña con poder ampliar las instalaciones de la institución para dar cabida a estudiantes de la Educación Media y del bachillerato. Para lograr este objetivo será necesario que más empresas destinen recursos en la construcción y equipamiento de nuevas aulas.
“Cerramos un 2019 viendo la fidelidad de Dios en todos los aspectos. Somos conscientes de que estamos ante una recesión económica importante; sin embargo, confiamos en que podremos seguir brindando una educación integral, que incluya valores y principios básicos. No queremos realizar solo un trabajo de aula sino que buscamos que nuestros docentes también se interesen por el ámbito social”, concluyó Karina.