Los conocidos como gastos hormiga, son esos pequeños gastos diarios que parecen casi invisibles, pero que pueden acabar provocando un agujero en la economía personal. Por lo tanto, te compartimos el plan de acción realizado por el equipo de BBVA.
1. Identificar. Hay algunos pequeños gastos que son más fáciles de localizar y reducir como las compras impulsivas en el supermercado, las suscripciones a plataformas de contenidos o servicios que luego no se utilizan, pequeños caprichos diarios como ‘snacks’ o cafés… Pero hay otros que pueden resultar menos obvios y requieren un análisis previo.
2. Organizar. Si la situación financiera lo permite, puede que no sea necesario eliminar todos los pequeños gastos. Al fin y al cabo, a todo el mundo le gusta darse un pequeño capricho de vez en cuando.
En el presupuesto mensual, siempre que sea posible, se puede añadir una pequeña partida dedicada a los gastos hormiga, dentro de la categoría de gastos personales. Los expertos recomiendan llevar efectivo solo para este tipo de compras y así tener un mayor control sobre ellas, aunque después hay que apuntar los dispendios que se vayan efectuando con ese dinero. Si se opta por usar la tarjeta, las aplicaciones especializadas en finanzas o las del propio banco, informarán puntualmente al usuario de los movimientos en sus cuentas y facilitarán el registro de los gastos.
3. Ponerse en marcha. Una vez que se han localizado los gastos hormiga y se tienen las herramientas para controlarlos, ha llegado el momento de reducirlos.
Business Insider ofrece algunos consejos para conseguirlo:
  • Evitar comer fuera y apostar por cocinar más en casa.
  • Informarse de las opciones sostenibles de transporte que haya disponibles (bicicletas eléctricas, transporte público, etc.) y si existen bonos que reduzcan su precio.
  • Hacer una lista siempre que se salga a comprar para evitar caprichos de última hora.
  • Reducir las salidas nocturnas y, cuando se realicen, elaborar un presupuesto e intentar no salirse de él.
  • Revisar los servicios que se tengan contratados, comprobar si se están utilizando o no y estudiar las tarifas de energía o teléfono para ver opciones de ahorro. Las calculadoras y comparadores ‘online’, como los que la Organización de Consumidores y Usuarios española (OCU) pone a disposición del público en su página web, facilitan mucho esta tarea.
  • Por último, para que este ahorro se mantenga en el tiempo, conviene establecer metas que supongan una motivación y un premio cuando se consiguen los objetivos. De esta forma, sacrificar ese café de media mañana o esa compra impulsiva, se verá como un paso más hacia una recompensa mucho más satisfactoria y no como una obligación.