Por @angelopalacios
Virtudes cardinales vienen de sus raíces latinas “Cardinalis” que quiere decir: “Fundamental” y de “Virtus” que significa: “Fuerza”. ¿Cuáles son entonces estas fuerzas fundamentales que el ser humano necesita en su búsqueda permanente de la felicidad? Veremos que son cuatro: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Una persona virtuosa es aquella que resiste mejor las luchas de la vida misma y se sobrepone a los problemas de cada día y de cada año que pasa. Sabemos que nunca existe un año perfecto y que cada vuelta al calendario nos traerá siempre alegrías y tristezas. Como hoy hablamos de finanzas, veremos que estas virtudes también aplican.
La Prudencia: Ahora que ya paso el mes de diciembre y de los gastos imposibles de atajar muchas veces, nos encontramos ahora con nuestra realidad financiera. Vivimos muchas veces en una ilusión. Estoy en contra solamente de las exageraciones y muy especialmente cuando se exagera en base a deudas. La virtud cardinal de la prudencia nos ayudará en este mes de enero a poder retomar nuestro real nivel de gastos, quizá hasta forzado, pero muy útil para poder volver despacito al camino del ahorro y la inversión. Porque mientras tengamos deudas pendientes es muy difícil experimentar la libertad financiera.
La Justicia: A esta virtud se la conoce como una permanente voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde. Esto aplica a los empleados, a los empleadores y a los independientes. ¿Qué es dar lo que corresponde? Es dar siempre lo mejor. Si uno es empresario, dar el justo salario y justos premios, porque ello redituara en mejores resultados. Si uno es empleado, dar lo mejor de sus capacidades, esto redituará en reconocimientos. Pero aun si estos resultados no ocurren, nos queda igual la satisfacción íntima de haber hecho lo mejor. La justicia es un círculo virtuoso que aleja las deudas y atrae recompensas financieras, es lo más normal en nuestra naturaleza humana. Transitando por ahí, todo tiende a estar bien.
La Fortaleza: Esta virtud consiste en vencer el temor, pero sin caer en el extremo de ser temerarios, emprendiendo cosas sin sentido. Se trata de vencer el temor a iniciar nuevos emprendimientos saliendo de la zona de comodidad y comenzando cosas nuevas con sentido en el 2020. Si el año pasado fue financieramente duro, leemos hoy que todos los economistas indican que este año tendremos mayores inversiones y mayores oportunidades. Vencer este temor nos vuelve mejores personas. La vida nunca ha sido fácil o regalada y el trabajo honrado siempre dignifica, sea en relación de dependencia o en forma independiente. Podemos encarar los trabajos con alegría o podemos encararlos sin ganas, pero los resultados entre estas dos actitudes son el día y la noche.
La Templanza: Esta virtud final es clave para temas financieros. Se trata de gastar menos de lo que ganamos y poder conversar de ello con nuestra pareja, nuestra familia, amigos o nuestros seres queridos que esperan financieramente más de nosotros. Esta virtud, habla de la capacidad de moderar nuestros apetitos, entre los que se encuentra el apetito de ser aceptado o querido por lo que compramos y no por lo que realmente somos. Para pasar este puente, debemos necesariamente poder hablar con las personas que tienen expectativas financieras muy altas sobre nosotros, en particular si estas expectativas son mayores a lo que podemos dar.
Para poder poner en práctica estas cuatro virtudes, cuando muchas veces ya nuestras fuerzas humanas no pueden, se necesitan de las 3 virtudes primarias o teologales, o sea aquellas que no requieren ningún esfuerzo y que nos vienen como un regalo desde nuestras raíces espirituales. Estos tres dones son la esperanza, la fe y el amor gratuito. Para estas cosas no hace falta ningún esfuerzo, ni dinero. Somos seres físicos y espirituales a la vez, reconocer esta doble naturaleza nos llevará siempre por un buen camino.