Korni Pauls
Presidente de la Cámara Paraguaya de Carnes
Aunque el desarrollo es innegable, la producción ganadera aún debe superar ciertos eslabones para competir en calidad, entre ellos la obligatoriedad de trazabilidad.
Condiciones climáticas desfavorables, reducción de precio y cierre de mercado son algunos de los factores que han marcado la ruta de la industria cárnica durante el 2019. En este contexto, Korni Pauls, presidente de la Cámara Paraguaya de Carnes, compartió algunos detalles en torno a la producción y comercialización de la carne nacional.
¿Cómo se ha comportado el mercado para la industria cárnica?
El 2019 fue un año atípico debido a que la industria tuvo una provisión de materia prima irregular. Normalmente la época de faena se concentra entre marzo y julio, pero hubo mucha lluvia y no se podía sacar a los animales. Esto representó un contratiempo atípico, porque las cosas se dieron a la inversa. La zafra tuvo lugar entre julio-setiembre, periodo donde normalmente la oferta ya es baja. Esta situación hizo que el sector tuviera que reacomodarse para abastecer la demanda.
Con relación a la apertura de mercados, no hay novedades mayores. Sin embargo, la liberación de la cuota de exportación por parte del gobierno de la República de China (Taiwán) permitirá exportar números récords a este destino.
En cuanto a la faena, ¿cuáles son los resultados año?
De acuerdo a los registros de la última vacunación del Senacsa, Paraguay tiene un hato ganadero que ronda los 13.800.000 animales. Además, de acuerdo con las estadísticas del Senacsa, se posee una tasa de extracción del orden de 17%-18%. Es decir que hay cerca de 2.450.000 animales disponibles en el año, para ser sacrificados.
En el 2019 los frigoríficos de exportación llegaron a faenar 1.780.000 animales. Esto significa que sobran 670.000 animales para faena. Se calcula, pues no hay registro oficial, que la faena entre mataderos municipales y frigoríficos locales esté contemplado en alrededor de 600.000/800.000 cabezas, es decir, que se sacrificaron todos los animales disponibles para faena. No hay sobrantes. Si queremos elevar el volumen de exportación, primero se tiene que aumentar el stock de animales para luego sacrificarlo, procesarlo y venderlo.
La industria está capacitada para faenar hasta 2.500.000 animales por año, por lo que se puede concluir que la industria trabajó el pasado año con una capacidad ociosa, así como lo muestran los números de existencia de animales vacunos.
¿De cuánto fue la variación con relación al 2018?
Se faenó cerca de 100.000 animales menos. Mientras que el precio promedio de la tonelada recibido en concepto de exportación representó entre 110 y 120 dólares menos que el 2018, y casi 200 dólares con relación al 2017. En este aspecto hay que entender que internacionalmente también hubo una baja de los precios. Además, el cuero que hace años era un ingreso importante para la industria, hoy tiene un valor “0”.
A principios de año se habló de un crecimiento en el hato ganadero, tras una larga merma. ¿La industria se benefició con esto?
Las estadísticas hablan de un aumento en cantidad, se retuvieron unos 200.000 vientres. Tenemos que considerar el proceso de nacimiento y crecimiento que abarca de 20 a 30 meses. Entonces, ese efecto lo vamos a recibir recién entre los años 2021y 2022. Hoy en día contamos con un hato aproximado de 13.800.000.
Con relación a la producción total ¿qué porcentaje se destina al exterior? El promedio es del 65% al 70%. Entre todos los frigoríficos que integran la cámara, un 70% exporta. Paraguay tiene alrededor de 2 animales por habitante, lo que lo convierte en un país exportador, que necesita de la exportación y de mercados de volumen.
¿La merma económica a nivel país afectó el consumo local?
Del consumo local no podemos quejarnos, pues este es bastante interesante. Además, la gente tiene más conocimiento en torno a la carne y los diferentes tipos. El consumidor paraguayo es cada vez más exigente, lo que también es una muy buena señal.
¿Cuáles son los principales destinos de la carne?
Actualmente, los compradores principales son: Chile, Rusia, Israel, Taiwán y Brasil.
¿Qué representa para la industria el hecho de que Rusia haya restringido el ingreso de la carne paraguaya?
Es un problema, porque Rusia es el segundo mercado más fuerte e interesante para la industria nacional, es el mejor mercado para el tipo de producto que ofrecemos, o sea la carne industrializada. Hoy son siete los frigoríficos clausurados y estas empresas deben buscarse otros mercados. Lo bueno es que hay mercados emergentes a los que podemos acceder, pero automáticamente será a menores precios.
¿A qué mercado se debería apuntar?
Pese a las restricciones actuales, desde la perspectiva de precio, se debería apuntar hacia China Continental. No en vano tanto Argentina como Uruguay envían entre el 70% y 80% de su carne a este mercado. Es el destino más apetitoso por el momento, aunque no sabemos hasta cuándo.
Otro mercado con más perspectiva de apertura en un futuro cercano sería Estados Unidos que, por una parte, es buena vidriera para dar más credibilidad al mundo de Paraguay de la carne en general. También es una buena opción de reemplazo por el mercado de Rusia, porque son compradores de la carne industrializada, segmento cuyos proveedores principales son los países vecinos.
Con miras al acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, ¿cuáles son las expectativas?
Son expectativas todavía lejanas, porque aún no hay fechas concretas. Si llegase a ocurrir, va a ser algo muy bueno para nuestro país. Actualmente tenemos acceso a ese mercado solo por 1.000 toneladas de carne premium con arancel preferencial. Con el nuevo acuerdo se estima que el volumen puede ser de más de 15.000 toneladas. Esto representará un gran logro y avance para posicionar este tipo de carne. Desde el punto de vista de precios, es el mejor mercado para los cortes del R&L.
¿Estamos preparados para afrontar los estándares de calidad y la nueva demanda?
Paraguay está bien encaminado, tenemos buena capacidad y en dos a tres años –cuando el acuerdo se concrete– considero que vamos a estar listos para cumplir a cabalidad con el volumen establecido. En cuanto a los estándares de calidad, aunque seguimos en desarrollo, los frigoríficos paraguayos están preparados para cumplir con distintos tipos de estándares de calidad. Hoy contamos con 11 industrias, 6 de ellas se construyeron en los últimos 10 años.
Con relación a los mercados europeos, somos conscientes de que son muy exigentes y en este sentido Argentina y Uruguay nos ganan, ya que estos mercados cuentan con las razas Angus y Hereford. Paraguay también dispone de estas razas, pero no en el volumen requerido.
Frente a esto, es una desventaja poseer varios tipos de razas, pero nuestros animales de cruzas son de alta calidad, tanto que incluso han superado a los de Brasil y somos una buena opción detrás de estos dos primeros.
¿Cómo influye en el mercado esta peculiaridad?
Es un dilema para la industria. En Paraguay hay muchas razas y cada uno de los gremios o asociaciones son fanáticos de las mismas. Para ingresar a mercados del exterior, el cliente nos pregunta qué raza producimos y llegamos a un callejón sin salida debido a que son varias. Entonces, nos exigen que garanticemos cierto porcentaje de inclusión de razas europeas, por ejemplo, si ofrecemos cruzas, en un 50% debe ser raza europea o británica.
Si bien hay clientes abiertos a la negociación, en un futuro deberíamos tener una raza específica. Aunque, como industria entendemos que nuestro clima tropical y la inversión económica dificultan la producción de ejemplares de Angus o Hereford, para citar las dos razas más usadas, por lo que necesitamos de animales híbridos para poder ser más competitivos. Amén de ofrecer animales castrados, factor olvidado en el campo. Si en el futuro queremos competir por calidad, debemos implementar la obligatoriedad de trazabilidad y para aquellos animales que van para la exportación, debería ser obligatoria la castración, al igual que hoy lo tiene Uruguay.
También destacamos que hay un mayor desarrollo en los últimos 15 años de la calidad de la materia prima paraguaya; mejoró muchísimo, pero todavía existen algunos eslabones a superar.
Y el sector porcino, ¿cómo ha evolucionado?
Es el sector que más creció, lamentablemente tenemos solo una industria que produce y exporta, pero en los últimos años tuvo un desarrollo importante. Hace poco el presidente Mario Abdo inauguró innovaciones para esta planta industrial lo que potenciará su crecimiento. Considero que es una planta modelo para el Mercosur, en 10 años pasó de producir entre 1.000 y 2.000 cabezas por mes a una capacidad de 20.000 a 22.000 cerdos por mes. Es algo digno de valorar.
Del rubro aviar, ¿qué podemos esperar?
En este sector somos autosuficientes, incluso se está empezando a registrar un superávit, lo que representa un sobrante para exportación. Hay varias industrias que hoy están peleando localmente y ya tienen potencial para exportar. Es un mercado auspicioso para el futuro.
En general, ¿cómo describiría el desarrollo de la industria frigorífica paraguaya?
La industria es como una ciudad, crece constantemente, debe estar innovando y siempre hay algo que mejorar. Para el sector frigorífico es primordial mantener los estándares de calidad y cuidado, innovar y actualizar en todos los aspectos que integran la cadena de producción porque trabajamos con un producto vivo, recibimos animales vivos, los convertimos en carne y sigue vivo hasta que muere en el plato del consumidor. Vamos mejorando año a año.
¿Y en referencia al impacto social?
La industria demanda gran cantidad de mano de obra, especialmente la calificada. Además, la instalación de un frigorífico ha representado crecimiento y desarrollo para ciudades como Concepción, Loma Plata y Limpio. Como agentes económicos, también promueven políticas de sostenibilidad y responsabilidad social empresarial. Desde la perspectiva de formalidad, de los 25 mayores aportantes al IPS, cinco de ellos son frigoríficos.
¿Cómo calificaría el relacionamiento con el sector público?
El trabajo es bueno, tenemos vínculos directos con Senacsa, el Ministerio de Industria y Comercio y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Cada uno ha contribuido para el desarrollo del sector. Por ejemplo, el que Paraguay haya sido sponsor de la feria de alimentos “Anuga” fue un aporte importantísimo para nosotros. También nos acompañaron en otras misiones de promoción de nuestro producto.
Para este 2020, ¿qué se viene?
En este 2020 estimamos que se mantendrá el mismo nivel que el 2019 en cuanto a exportación, no podemos crecer en volumen si no hay materia prima. En caso de que mejore la producción y contemos con los vientres, Paraguay podrá exportar más toneladas. Con relación a precio, la expectativa es que sea mejor que el año pasado.
Finalmente, ¿cómo se encuentra hoy la Cámara Paraguaya de Carnes?
La Cámara está muy fortalecida, la integramos los 11 frigoríficos de carnes bovina y porcina, además de las dos principales empresas del sector aviar. Todos tenemos intereses en común y perseguimos el mismo objetivo. También se han consolidado las relaciones con otros gremios y con las instituciones públicas.