Por: Gaby Rojas Teasdale
Presidenta de la Fundación Transformación Paraguay.
@gabyteasdale
Es inevitable evaluarnos cuando finaliza el año. Para mí, el que se está yendo estuvo cargado de situaciones, algunas positivas y otras sumamente dolorosas. Y es que la vida se parece a una montaña rusa: hay momentos llenos de adrenalina, en los que el gozo y la alegría están en su punto más álgido y otros en los que el miedo y la incertidumbre se apoderan de nosotros y nos paralizan o en los que la presión, la molestia y el dolor nos desorientan al punto de pensar que no hay salida. La vida es esa combinación de momentos, experiencias, aprendizajes y de una inmensa cantidad de sentimientos. Y aunque canse, duela y muchas veces nos parezca difícil es un regalo que debemos aprender a disfrutar más porque es frágil y sin darnos cuenta se nos va.
El 2019 lo inicié con un abrazo de Chris, mi cuñado, mi hermano, mi amigo. En ese momento él me miró a los ojos y me dijo que este sería el mejor año de nuestras vidas. Fue un abrazo que se volvió eterno y un presagio que se desvaneció con su inesperada partida unos meses después. Al poco tiempo recibí desde Londres la noticia de que fui seleccionada entre los ocho mejores profesionales en coaching y liderazgo por la organización Thinkers50, que reconoce el trabajo de profesionales destacados a nivel mundial en áreas como negocios, liderazgo, innovación y educación. Y esa fue mi montaña rusa. Primero bien abajo, enojada, quebrada, golpeada por una partida tan dolorosa y poco después con una vista diferente arriba, con luz, colores, esperanza y alegría. Esa experiencia me sirvió para visualizar la gran rueda de la vida que al girar nos desafía y nos hace sentir vivos y a la vez acabados, nos pone a prueba todo el tiempo y nos enseña que durante el recorrido hay tiempo para todo: para llorar, reír, amar, hay tiempo para enfrentar al dolor y definitivamente hay tiempo para sanar.
Si pudiéramos mirar atrás, podríamos identificar con facilidad los momentos en los que estamos arriba y también en los que estamos bien abajo. ¿Qué sentís al pensar en esos momentos? ¿Qué aprendiste? ¿Cómo te levantaste de las caídas? ¿Qué te inspira a seguir adelante? Además de hacer una pausa para evaluarnos, un mes como diciembre es bueno para observar lo que pasó, lo que quedó atrás y para agradecer.
Agradecer porque todo, absolutamente todo, es parte de nuestra historia personal. Brian Tracy dice que debemos desarrollar una actitud de gratitud y agradecer todo aquello que nos sucede, sabiendo que cada paso adelante es un paso hacia el logro de algo más grande y mejor. Entonces, agradezcamos hoy por lo que somos, por todo lo que recibimos, por los logros que alcanzamos, por las pérdidas que sufrimos, por la energía y el cansancio, por los aciertos y las metidas de pata.
Y agradezcamos, sobre todo, por las personas que están en nuestras vidas, las que ya no están y las que seguirán llegando. Porque el agradecimiento nos vuelve más humildes, sabios y presentes. Y porque la vida es un regalo y el agradecimiento nuestro debe ser por haber sido elegidos para estar aquí y ahora.