Con la apuesta por la formalización e inclusión en el sistema financiero cada vez son más las personas que poseen una cuenta bancaria, ya sea porque cobra el salario a través de la misma o para ahorros. Sin embargo, todavía existe mucho desconocimientos en torno a las peculiaridades de poseer una cuenta financiera. Por esta razón compartimos las recomendaciones realizadas por el equipo de comunicación del BBVA.
Lo primero que se debe tener claro es cuál es la definición de cuenta bancaria. Este producto consiste en un contrato financiero con una entidad bancaria a través del cual se registran el balance y los movimientos de dinero del cliente. Una vez definido este concepto, es conveniente seguir unos pasos que proporcionen la información correcta para abrir la cuenta que más se adapte al usuario.
1. Comprobar las características
A la hora de abrir una cuenta bancaria es necesario conocer que existen diversos tipos de cuentas y que cada una tiene sus propias características. La cuenta corriente es la cuenta más habitual, ya que permite domiciliar una nómina, asociar tarjetas, realizar transferencias, hacer ingresos y reintegros o domiciliar recibos. También es importante observar que las cuentas corrientes no ofrecen ningún tipo de rentabilidad.
La cuenta joven es muy similar a una cuenta corriente, pero con la diferencia de que está dirigida a un público de una determinada edad. Lo habitual es que este tipo de cuentas incluyan promociones y condiciones especiales que ayuden a ahorrar a los más jóvenes.
La cuenta remunerada es aquella que ofrece una pequeña rentabilidad por los ahorros depositados en ella. Su funcionamiento es similar al de un depósito bancario, pero con la ventaja de que el dinero no está invertido a ningún plazo fijo, es decir, es posible retirar todo el dinero ahorrado en cualquier momento, sin tener que pagar por ello una penalización o comisiones. Este tipo de cuentas destacan por ofrecer rentabilidad y liquidez, pero hay que tener en consideración que no se pueden domiciliar recibos ni nóminas, ni asociar una tarjeta para realizar pagos.
2. Averiguar el coste y las condiciones
En muchas ocasiones las cuentas bancarias van asociadas a comisiones o a condiciones por las que en algún momento habrá que hacer un desembolso simplemente por tenerlas abiertas. Por esta razón, resulta imprescindible revisar cuál será el coste de mantenimiento de una cuenta corriente antes de abrirla, así como asegurarse de que se conocen todas las condiciones de dicha cuenta. Un producto estrella en este ámbito es la Cuenta Online BBVA, que se caracteriza por no tener comisiones ni condiciones y no obliga a tener nómina ni recibos domiciliados pero ofrece las mismas ventajas que cualquier cuenta que sí los tenga domiciliados. Además, es posible abrir esta cuenta con dos titulares.
3. Informarse de los servicios asociados
Además de las características, que son fundamentales para decidirse entre un tipo de cuenta u otro, es útil identificar cuáles son los servicios que van asociados a una determinada cuenta.
4. Confirmar el uso online
Actualmente, es crucial tener la posibilidad de utilizar la banca online, ya que además de la comodidad, permite ahorrar tiempo, al no ser necesario acudir a la oficina. Lo ideal es adquirir una cuenta bancaria en una entidad que permita realizar operaciones de manera rápida y sencilla, ya sea desde una página web o desde una ‘app’ en el móvil.
5. Verificar la calidad del producto
Como en todo, lo mejor es tener garantías de que la cuenta elegida realmente cumplirá todo lo que ofrece.