Marcelo Codas Frontanilla
Twitter: @CodasMarcelo
La planificación patrimonial familiar es una forma de expresar los deseos de la familia y, especialmente, del fundador, sobre lo que quiere que se haga con el patrimonio familiar tras su fallecimiento. Así mismo, en ella se dejan establecidas las instrucciones en el caso que el fundador se encuentre en una situación de incapacidad.
Cuando trabajamos, nos encontramos usualmente con las siguientes preguntas: ¿Por qué hacer una planificación patrimonial? ¿Cuándo hacerla? ¿Qué incluye? ¿Cómo la hago? En el artículo del mes anterior, nos referimos a la primera pregunta. En esta entrega abordaremos las otras tres.
No existe el momento exacto para empezar la planificación patrimonial, pero podríamos decir que sería muy interesante iniciarla cuando el patrimonio está suficientemente consolidado. Esta situación la siente habitualmente el fundador. Lo más importante es contar con la voluntad del fundador para iniciar el proceso.
El patrimonio familiar es el conjunto de bienes y derechos, cargas y obligaciones, pertenecientes a una familia que, en la mayoría de los casos, se encuentra en cabeza de los padres. El primer paso de la planificación patrimonial es determinar con certeza la integración del patrimonio. Aunque parezca un poco raro, en muchas ocasiones al iniciar el trabajo, el fundador se encuentra con que, en un primer análisis, no ha incluido ciertos activos o pasivos. Así mismo para el caso de las empresas familiares, una cuestión muy importante a tener en cuenta, es diferenciar el patrimonio familiar del patrimonio de la empresa.
Para llevar adelante la planificación patrimonial, se requiere contar con el apoyo de un equipo de profesionales multidisciplinario. En lo que respecta a los aspectos jurídicos de la planificación patrimonial, se cuenta con varias herramientas jurídicas para llevar adelante esta tarea y ellas son: sociedades, donaciones, contratos de renta vitalicia y otros, seguros, fideicomisos, etc. Es muy conveniente realizar primero un análisis del patrimonio con el mayor nivel de detalle posible para posteriormente pasar a estudiar y luego determinar qué herramientas jurídicas serán las más idóneas para el objetivo que se busca. No se debe caer en la trampa de elegir primero las herramientas para luego pasar al análisis citado y tratar de adecuarse a ellas.
Finalmente, me permito sugerir al lector que dé el primer paso para iniciar el proceso de la planificación patrimonial, que generalmente es el más difícil. Luego de iniciado el proceso, todo se vuelve más fácil y los resultados, conforme a la experiencia, son altamente positivos.