Convencido de que el sector privado puede generar un impacto vital para mejorar la calidad de vida de la gente y, por consiguiente, del mercado en general, el presidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados, Christian Cieplik, compartió las pautas que marcan la hoja de ruta de los supermercadistas para mantener una dinámica de crecimiento y desarrollo constante con alto valor agregado para los paraguayos.
¿Cuál es la postura que asume la Cámara Paraguaya de Supermercados bajo su gestión?
A la fecha hicimos muchos cambios porque entendimos que debíamos asumir un rol más protagónico en el país. Y es que no se trata solo de hacer negocios, sino de tener una visión amplia que permita ver el trasfondo y lo que hay más allá de los negocios. Somos conscientes de que tenemos la posibilidad de ser influenciadores positivos en las cadenas productivas, desde distintas aristas, por ejemplo, al exigir ciertas cosas a los proveedores como que se mantengan por la senda de la formalidad para que de esa forma toda la cadena de personas y productos se dé en el marco formal.
¿Qué iniciativas promovieron para cumplir con ese rol de alto impacto?
Un factor importante que identificamos fue la alianza con el sector público. Gracias al trabajo conjunto con el Ministerio de Educación y Ciencias, entregamos títulos de educación básica y media a personas adultas que, dentro del supermercado y en hora laboral, accedieron a la educación.
Con el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP), se ofreció capacitación para ampliar las oportunidades de desarrollo de miles de personas. De hecho, entre los miembros de la Capasu recibimos a más de 18.000 jóvenes que accedieron a su primer empleo con un trabajo formal.
Además, hemos encabezado otras iniciativas como la que tenemos con el Instituto de Previsión Social, en cuanto a temas relacionados con el pago de reposos, maternidad, entre otros. Y con sectores de la industria, por ejemplo el sector de calzados, quienes tienen la oportunidad de vender sus productos, una vez al mes, en las sucursales de los supermercados.
En cuanto a la demanda de proveedores, ¿cuál es la condición del mercado local?
En línea con lo mencionado, desde la Capasu vimos que nuestro deber es velar por el bienestar de la gente y que estén operando en el marco de la formalidad. Por eso salimos y desarrollamos pequeñas industrias para abastecer nuestra demanda, lo que a su vez genera un beneficio general para el mercado, gracias al impacto positivo que se produce en la cadena de valor hacia atrás, trabajando con los proveedores.
Atender a este sector también contribuye a que se desarrollen en distintas ciudades, se formalicen, sean empleadores, sumen más productos y que la cadena positiva hacia atrás vaya creciendo. Animamos a que el mínimo sea solo una base, que no tengan techo, que crean y sientan que pueden volar con tenacidad, esfuerzo y dedicación. Como ejemplo tenemos a la marca Broterra que hoy llegó a los supermercados y es marca nacional.
Otro punto a comprender es que somos tomadores de precios, no formadores, por eso es importante desarrollar la mayor cantidad de proveedores para responder a una demanda alta y frente a una oferta que está en el límite. Cuanto mayor oferta hay eso se traduce en mejores precios.
¿Cómo ven a esa nueva generación de proveedores nacionales?
Un cambio positivo es que esta nueva generación nace con un enfoque diferente porque, en el caso mencionado, el fundador está trabajando con pequeños productores de la agricultura familiar generando un impacto más allá que solo el negocio.
Desde la Capasu buscamos promover eso, porque es darle una cara visible al sacrificio de mucha gente del campo. Sin ellos no hay comida, nadie se ocupa o preocupa de todo lo que ocurre y cuánta gente participa para que un producto llegue a las góndolas.
¿Cómo evaluaría al sector supermercadista?
Creció mucho, los nuevos formatos de cercanía lo hicieron de una manera extraordinaria. Hasta el 2017, el sector creció un 83% en cantidad de locales y un 25% en metros cuadrados, y esto va a seguir creciendo. Desde el rubro vemos que en la informalidad también tenemos una gran oportunidad, es decir, un 50% por conquistar. Es cierto que Asunción ya está muy saturado y tenemos poco por crecer aquí, nos estamos expandiendo hacia el interior. También con el objetivo de generar un efecto positivo en las ciudades.