Ángelo Palacios
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Twitter: @angelopalacios
En estos años que tuve y sigo teniendo la gracia de poder dar una ayuda a familias en sus finanzas me he encontrado que una de las cosas más difíciles de lograr, aunque suene extraño, es que la pareja tan solo se siente a escribir el presupuesto familiar o de la pareja, al menos para el siguiente mes. Ideal es hacerlo para todo el año, pero curiosamente tan solo hacerlo para el siguiente mes genera un estrés a veces hasta peligroso. Pasa que muchas parejas nunca han realmente tenido la confianza de contarse absolutamente todo en lo que respecta a los gastos que tienen, y esto sucede incluso aunque ya tengan años de vida íntima. Hay cosas financieras que nunca se contaron. Por supuesto que hay excepciones, pero la mayoría de las parejas siempre tiene algo que no quiere contar del todo, y esto puede estar muy bien.
En particular, desde el inicio deseo aclarar que no se trata necesariamente de gastos relacionados a alguna infidelidad, que si bien en algunos casos existe, esta columna no trata de eso. Nos estamos refiriendo realmente a gastos que tanto varones como mujeres tienen y que nunca han querido compartir del todo con sus parejas, llámense gastos relacionados a dar apoyo a su familia de origen, o gastos de ayuda a otras personas, o gastos personales en shoppings o con los amigos o amigas, mimos que cada uno desea darse (peluquería, ropas y cosas nuevas), en fin, hay un sin número de cosas que cada uno al leer esta nota quizá pueda traer a su mente.
Aunque siga sonando extraño, el hecho de tener que mostrar “todo” hace que muchas parejas y familias nunca tengan el “coraje” de sentarse a escribir juntos el presupuesto, porque como las matemáticas no fallan, sin duda saltará la diferencia en guaraníes que habrá que explicar o comentar. Una solución mágica que se me ha ocurrido y que ha funcionado muy bien para que finalmente las parejas empiecen a escribir su presupuesto, y evitar seguir sobre-endeudados, es auto-asignarse lo que yo denomino “Gastos Reservados del Presidente y de la Primera Dama”, así como los que tiene el Presidente del República: una cantidad determinada de la cual no debe rendir cuentas.
Así, es importante que antes de sentare a escribir el presupuesto, acuerden y reconozcan de entrada que ambos tienen el derecho a asignarse guaraníes x para gastos personales sin necesidad de contar los detalles en el presupuesto, naturalmente partimos de la premisa de confianza y de que estos gastos no están “escondidos” para financiar infidelidades o cosas muy extremas. Es perfectamente aceptable que cada miembro de la pareja asigne en el presupuesto guaraníes x para Gastos Reservados relacionados a temas similares a los mencionados en el párrafo anterior. Al acordar este monto, y colocarlo así en el presupuesto, hace que se destrabe el proceso y el diálogo de forma impresionante.
Sin resolver este punto y esta asignación para uso discrecional acordado entre ambos y con mucho respeto y confianza mutua, muchas parejas seguirán tendiendo a estar gastando por encima de sus reales posibilidades y viviendo por encima de su real nivel de vida. La recomendación obvia y final que dejo en esta columna es que los matrimonios que tengan ingresos separados, los pongan en común y administren una cuenta común, previa asignación de estos Gastos Reservados del “Presidente y de la Primera Dama”. Funciona muy bien y ayuda muchísimo para salir de situaciones financieras incómodas.