Por: Gaby Rojas Teasdale
Presidenta de la Fundación Transformación Paraguay.
@gabyteasdale
Este año lo empecé con una lectura inspiradora: “Becoming”, la autobiografía de la ex primera dama de Estados Unidos Michelle Obama, un libro que me ayudó a reflexionar sobre la búsqueda de mí misma. Es una obra fantástica, llena de anécdotas sobre las lecciones aprendidas en toda una vida cargada de dificultades, trabajo duro, lágrimas y sonrisas. A través de sus páginas pude conocer a una mujer que fue tomando decisiones y conociéndose mientras enfrentaba todo tipo de situaciones. Y entendí que todos pasamos por momentos probablemente diferentes, pero todos tenemos a la vez, la misma libertad y oportunidad de decidir qué hacer o cómo reaccionar ante ellas. Es así como vamos construyendo nuestro carácter, descubriendo nuestro ser, y marcando el camino que elegimos recorrer.
Michelle Obama me recordó que todos tenemos una historia que nos pertenece cien por ciento y de la cual somos protagonistas. Ese acto de observar nuestra historia y apreciarla nos permite entender que no podemos ser seres estáticos. Fuimos biológicamente diseñados para estar en constante movimiento y crecimiento y, por lo tanto, tenemos que tomar la responsabilidad de construir una historia que valga la pena contar.
Al finalizar el libro tuve clara la acción que iba a realizar y todo eso me llevó a reflexionar sobre lo bueno que tiene desafiarnos a nosotros mismos a ser mejores cada día. Es un trabajo que en lo personal me lleva a observarme diariamente y, sobre todo, a verificar si en ese proceso llego a sabotear mis propios objetivos anteponiendo las excusas a las acciones que me planteo realizar. Una de las metas que me propuse implementar de manera intencional durante este 2019 y que inmediatamente inicié en enero, fue registrar lo que aprendí de cada lectura seleccionada. Esto me permite identificar mucho más claramente la acción que realizaré para mejorar como persona a partir de lo aprendido. Porque aprendizaje sin acción no sirve de nada.
En un mundo como el nuestro debemos reinventarnos constantemente y algo a lo que deberíamos estar siempre dispuestos es a aprender y desaprender una y mil veces. Albert Einstein decía que no se puede hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.
Y para tener resultados distintos lo que cuenta es la acción. Muchas veces nos llenamos de información, vamos a seminarios, leemos y estudiamos continuamente, y sin querer o por el ritmo de vida que experimentamos nos olvidamos de llevar a la acción lo aprendido, dándole espacio a una serie de excusas sobre por qué no hacemos lo que nos proponemos. Es lindo estar inspirado, contar con herramientas correctas para avanzar y lograr buenos resultados en todas las áreas de nuestras vidas, pero no podremos transformar ninguna situación si no somos capaces de concretar una acción especifica.
El HACER es parte del largo y apasionante proceso de crecer. Es como ir a estudiar inglés todas las semanas y no animarse a entablar una conversación cuando se da la oportunidad. La acción nos lleva a vencer miedos. Es una práctica constante de prueba y error que también se da dentro del crecimiento personal.
Ya transcurrieron los primeros treinta y cinco días del año, pero todavía hay mucho por delante. Por esa razón, te invito a que te tomes un tiempo para empezar este proceso de aprendizaje y crecimiento. Toma unos minutos para repasar tu historia y reconocerte. Y ahí animate a crear, creer y tomar acción. Terminá con las excusas y salí a hacer algo para convertirte en un ser que se transforma y trasforma a otros desde su propia experiencia de vida. Tu historia cuenta para hacer del mundo un lugar mejor.