La creatividad de Norma Ávila y las prodigiosas manos de sus artesanas ayoreas, hicieron posible la creación de Caraguatá, una empresa que conquista el mercado con sus diseños frescos y exóticos.
La revelación. “Todo comenzó con la visita a un amigo ayoreo, que me invitó a tomar tereré en su casa. Cuando llegué, él estaba conversando con otro amigo y éste al ver mi bolsón de caraguatá me preguntó de dónde lo había comprado, pues le parecía familiar”, relató a FOCO la propietaria de Caraguatá, Norma Ávila.
Su apreciación fue acertada. El bolsón fue tejido por una prima a la que no veía hace tiempo. Pero lo más sorprendente de esta historia fue lo que éste hombre le manifestó a continuación: “No sabía que mi prima se casó y que es tan feliz con su nueva familia”. Norma preguntó inmediatamente cómo supo que se había casado si no la veía hace tiempo, a lo que él respondió: “En el bolso está escrito”.
No pasó mucho tiempo para que Norma comenzara a investigar acerca del sistema de trabajo y producción del caraguatá. Fue así que visitó las comunidades indígenas y conversó con algunas mujeres ayoreos y nivaclés. Allí corroboró lo que había aprendido en casa de su amigo sobre las simbologías y la historia narrada por cada artesana en sus trabajos.
“Yo sólo conocía los bolsos de caraguatá, no así la profundidad del trabajo. Con esta visita, también aprendí que no se trata de un simple tejido a mano, sino de una transmisión cultural. No es algo que estas mujeres inventaron, sino que el mismo gran espíritu, Dios, les enseñó. Él les indica las técnicas de cómo sacar el hilo, hacer la fibra, mezclar los colores y tejer”, puntualizó la emprendedora.
Desafíos iniciales. Introducir los tejidos de caraguatá al mercado implicó trabajar sobre varios puntos. El primero, propiciar una apertura hacia el trabajo y la cultura indígena; el segundo, el temor a devastar la selva, ocasionado un daño irreparable al ambiente, y, finalmente, la incertidumbre de lanzar un nuevo producto y tener que competir con otros de mayor aceptación.
Norma señaló que todos estos miedos fueron disipados en una boda a la que asistió con un sobrio vestido de caraguatá. Esta fue su primera prueba de fuego y la superó sin mayores inconvenientes.
“Llegué al casamiento de mi sobrino con un vestido que tenía una importante pieza de caraguatá. Las demás invitadas lucían vestidos recargados con lentejuelas y otros apliques que resaltaban su escultural figura. El mío, que no tenía ningún brillo, impactó por su diseño y fue admirado por todos los invitados. Este fue el empujón que necesitaba para crear Caraguatá. Estaba segura de que no se trataba de un simple tejido, sino de una historia narrada a través de hilos y colores”, comentó.
Pasarela y pedidos. La oportunidad tocó la puerta del atelier de Norma y trajo consigo una invitación para participar en un desfile de moda realizado en la ciudad de Hamburgo, Alemania, con la colección de alta costura de Caraguatá.
“Fue un gran elogio participar en un desfile tan importante. De hecho, fue todo un logro llegar a la pasarela y compartirla con modistos de reconocida trayectoria mundial, más aún para una marca que ni siquiera tenía una tienda en Europa”, refirió Norma.
Tras esta primera presentación, la emprendedora recibió varios pedidos e invitaciones, incluso la propuesta de exhibir la colección, como obra de arte, en la galería de la Alianza Francesa.
El éxito fue tal que generó una excesiva demanda de prendas, por lo que Norma se vio obligada a abandonar su emprendimiento por un tiempo, ya que no contaba con una buena logística para cumplir en tiempo y forma con todos los clientes.
El arte de Caraguatá. Actualmente, Caraguatá trasciende fronteras de manos de artistas nacionales de renombre. Este es el caso de la afamada concertista de guitarra clásica, Berta Rojas, que atraída por las fabulosas piezas de caraguatá, solicitó la confección de un imponente vestido, que lució con orgullo en una presentación en Filipinas.
Otras importantes personalidades, que también lucieron Caraguatá, fueron los guitarristas Luz María Bobadilla y Enrique Pedersen, así como el afamado arpista Ismael Ledesma.
“Caraguatá no es solamente un proyecto, un emprendimiento, sino también un puente para transmitir nuestra cultura originaria al mundo y sentirnos orgullosos de todo lo que tenemos en Paraguay”, acotó Norma.
DATOS DE INTERÉS
  • Las técnicas de tejido, coloración natural y los diseños étnicos, son parte de la sabiduría de los pueblos nativos del Gran Chaco Sudamericano.  
  • Cada pieza acompaña un relato mítico en el cual se transmite una historia determinada, que dasentido a los trabajos.  
  • Los trajes de alta costura deben hacerse, mínimamente, con dos meses de anticipación.  
  • Para comunicarse con Caraguatá llamar al (0982) 211-014.